¿Que podemos decir de Natalia que no se haya dicho ya?. Ella no baila, se desliza. Ella no salta, flota en el escenario. Ella no lleva el ritmo en la sangre. Es la propia música la que fluye por sus venas. Por donde pasa va dejando tras de sí, una fragancia a rosas de pitiminí.
Disfrutad de su soberbia actuación, y pensad que desde lo alto del monte Helicón contempla a Natalia con admiración y orgullo, Polimnia, musa de la danza.
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1 comentario:
y que decir de la hija mayor...estupendo!! estos niños van asalvar a la familia, de aquí a fama!!!!
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